El primer caso que Hayes propone a su equipo es el de Odell Dwyer, un atractivo ex jugador de fútbol del instituto, que permanece en la cárcel desde hace ocho años por el presunto asesinato de su novia. La Unidad de Integridad de Condenas solamente tiene cinco días para determinar si había pruebas manipuladas, una confesión válida o un testigo equivocado. Cinco días para conseguir el aplauso que Wallace espera para el primer caso de la UIC y, tal vez, ganar también el respeto que Hayes se merece.

Hayes se enfrenta a Wallace de frente investigando el caso sobre el que construyó su carrera hace diez años: la perspectiva 3. Tres jóvenes blancos que confesaron la violación y el robo de una mujer negra. Hayes espera pillar desprevenido a Wallace con la investigación del equipo, pero el complejo caso contiene una gran sorpresa. Cuando la mujer joven recibe una exclusiva en la prensa durante la investigación, siendo victimizada por segunda vez, Hayes se lo lleva al terreno personal.

Mientras el equipo CIU manifiesta el desacuerdo existente entre ellos acerca de si los "chicos malos" tambien merecen justicia, ellos trabajan para exonerar a un activista politico con miradas cuestionables. El esta sirviendo una cadena perpetua por poner una bomba en una mezquita que mato a un prominente Iman y tres adoradores. La re-examinación del caso llama a cuestionar el rol de la policia, lo cual pone a Hayes en el punto de mira de Wallace. Despues de un analisis rigurosos de la evidencia, la conclusion del caso deja a un miembro del equipo fuertemente insatisfecho con el resultado. Mientras tanto, Hayes y Wallace parecen estar comodos el uno con el otro, ellos descubren que su peor pesadilla se realizo.

Las recientes transgresiones de Hayes desatan una tormenta mediática. Mientras tanto, ella y el equipo abordan un caso altamente sensible de una madre, Penny, condenada por la muerte de su hijo autista. La prueba más convincente proviene deun vídeo del propio blog de Penny, en el que expresa sus frustraciones y temores sobre su hijo violento. Mientras que el equipo realiza el seguimiento del caso, Hayes debe tomar el control sobre los rumores en un intento de salvar su trabajo, lo que se traduce en una entrevista en primetime. El resultado tanto de la entrevista como del caso, será impactante y tendrá consecuencias duraderas.

Hayes pone en marcha el control de daños después de su polémica entrevista televisada a nivel nacional, tratando de limitar las repercusiones dentro de su familia y la campaña de su madre para el Senado. Mientras tanto, el equipo asume el caso de un joven condenado por haber matado a una mujer adinerada cuya privilegiada familia lo apadrinó y lo trató como uno de los suyos. Por otra parte, la relación de Hayes con su familia no es la única situación complicada cuando se entera de que Wallace ha contratado a una persona sorprendente de su pasado para representarlo en una investigación gubernamental de alto nivel en su trabajo como D.A.

La muerte accidental de un joven afroamericano, disparado por un policía, provoca una explosión racial e inspira a Hayes para reexaminar el polémico caso de Porscha Williams. Williams, una activista y líder afro-americana dedicada a los derechos civiles, está cumpliendo condena por matar a una policía blanca en una manifestación por la igualdad racial cinco años atrás. El conflicto surge entre el equipo de Hayes cuando las experiencias personales condicionan las diferentes perspectivas sobre el movimiento "Black Lives Matter". Mientras tanto, Maxine se encuentra dividida entre su identidad racial y su profesión.

El siguiente caso que Hayes acepta es el de Leo Scarlata, un hombre con discapacidad mental, encarcelado por quemar el restaurante de su familia con repercusiones fatales. Hayes se da cuenta de que puede haber negociado más de lo que esperaba cuando un equipo documental aprobado por Wallace comienza a seguir al equipo. Hayes se enfrenta a su incomodidad ante las cámaras, un efecto secundario por haber crecido ante la mirada pública, y los miembros del equipo divulgan detalles íntimos porpios y de otros mientras están siendo grabados.

El equipo revisa el caso de Sierra Macy, una adolescente que fue secuestrada hace diez años y tomada por muerta, hasta que logró escapar de la casa de su captor cuando éste sufrió un ataque al corazón y murió. Sam, uno de los fiscales originales del caso, cree firmemente que el culpable fue condenado: el ex profesor de Sierra, Josh Fleck. El innegable conflicto de intereses de Sam tiene a Hayes indecisa sobre si mantenerlo en la revisión del equipo o no. Mientras tanto, Hayes está decidida a interceder por Wallace -y en contra de sus deseos-, en una investigación sobre su mala conducta profesional. Sus sorprendentes descubrimientos sobre el quid pro quo que Wallace preparó por su problema con la cocaína y un caso anterior en el que trabajaron en Chicago obligan a ambos a reexaminar sus relaciones personales y profesionales.

Wallace lleva el caso de un condenado a muerte, Earl Slavitt, al equipo. Earl fue condenado por asesinar al fiscal federal Tom Simon, uno de los mejores amigos de Wallace. Simon no creía en la pena de muerte, y Wallace, junto con la viuda de Simon, quiere asegurarse de que Earl efectivamente cometió el crimen. A sólo unos días de la ejecución, el equipo cambia de ruta, buscando posibles errores en el caso .Pero por el contrario, descubren grietas en la reputación de Simon. Hayes y Wallace son desafiados tanto profesional como personalmente, cuando el caso llega a una conclusión impresionante.

Después de que Hayes y Wallace comparten una apasionada noche, Hayes vuelve a la realidad y considera detenidamente su relación con Wallace. A su vez, trata de reparar su amarga pérdida en el caso de la pena de muerte de Earl Slavitt, por lo que Hayes implora al equipo que investigue profundamente el caso de Sophie Hausen, una joven que cumple una condena de cadena perpetua por asesinar a un popular jugador de baloncesto universitario, al que acusó de violarla. Mientras tanto, Tess intenta hacer las cosas bien en su amistad con Matty.

Mientras Hayes y Wallace luchan por equilibrar sus vidas profesionales y personales, son convocados a una escena del crimen que se ajusta al Modus Operandi del infame "Asesino de la Orquídea Negra". Es el último asesinato el acto de un imitador? O el hombre encarcelado por los crímenes anteriores es inocente? A medida que la investigación se desarrolla, el equipo, encabezado por la experta en asesinos en serie Tess, se acerca a un sospechoso que pudo haber cometido todos los asesinatos, pero será demasiado tarde?

El ex presidente Morrison hace una visita sorpresa a Hayes y le presiona para que asuma el caso de Omar Abbas, un ciudadano musulmán-estadounidense detenido durante años en una instalación militar, sin haber tenido un juicio, por la supuesta organización de un ataque químico en Manhattan. Pero enfrentarse en una guerra federal contra el terrorismo es una cuestión candente, y Hayes y el equipo se encuentran luchando contra las autoridades en su búsqueda de la verdad.

Hayes revisa el caso fallido de Gerald Harris de sus días como abogada, el mismo caso donde conoció a Wallace casi diez años atrás. Harris fue declarado culpable por asesinar a su esposa a pesar de que Hayes lo consideraba inocente. Mientras tanto, un miembro del equipo se ve obligado a reconsiderar sus acciones ilícitas en el controvertido caso de Rodney Landon. Al final, el futuro de Hayes y Wallace, así como el del equipo, están pendiendo de un hilo.