Pocos meses después de que la conspiración de los Pazzi se cobre la vida de su hermano, Lorenzo el Magnífico busca venganza. Los Médici gozan de un gran momento de poder, pero la guerra con el Papa Sixto IV asoma amenazante y el Conde Riario va a hacer todo lo posible para que sea efectiva.

Los ejércitos del Reino de Nápoles se unen a las tropas papales. Ante la amenaza de los priores, Lorenzo decide crear el Concilio de los Diez para quitarles poder. Embarazada, Clarice es enviada al campo.

Lorenzo llega a Nápoles con Palmieri para convencer al rey Ferrante de Aragón de cortar su alianza con el Papa. Florencia, mientras tanto, sufre asedio. Clarice teme que Lorenzo les abandone.

Riario ataca Ferrara, aliada florentina, en un intento por llevar a Lorenzo a la guerra. Mientras su hijo afronta una crisis diplomática, Lucrezia sabe que tiene los días contados y pide a Clarice que se encargo del banco.

Lorenzo y Clarice van a Roma para intentar influir en la elección del nuevo Papa, pero allí deben lidiar con las trampas de Riario para que su primo salga elegido. Los Medici encuentran un aliado inesperado.

Lorenzo empieza a mostrar síntomas de enfermedad. Sus enemigos políticos deciden atacarlo cuestionando la viabilidad del banco. Lorenzo entra en conflicto con la ciudad de Sarzana, hogar de Palmieri.

Después de la confesión de Tommaso, Savonarola denuncia su asesinato y acusa a Lorenzo. Mientras empeora su salud, Lorenzo compromete a su hija Maddalena con el hijo del Papa, a lo que Clarice se niega.

Palmieri trata de persuadir a Lorenzo de que la única manera de no perderlo todo es asesinar a Savonarola, cuyos seguidores aumentan cada día incluso entre sus enemigos políticos, que aprovechan su influencia.