MacLaren, su equipo y sus seres queridos se reagrupan en un refugio protegido por el FBI, pero la incertidumbre y la deslealtad ponen en peligro el resto de la misión.

MacLaren y Yates se acostumbran a trabajar juntos mientras protegen a un periodista que provocó una tragedia con sus ataques mediáticos a los Viajeros.

Con la certeza de que el equipo le borró los recuerdos del día anterior, MacLaren vuelve sobre sus pasos en el caso de un joven violento con un futuro terrible.

El equipo descubre que el Viajero 001 aún está vivo y que la Facción intenta capturarlo. Kat, Jeff y David sufren cada vez más por sus seres queridos.

El equipo intenta extraer un programa malicioso que se expande a toda velocidad por el cerebro de una niña mensajera. Un nuevo Viajero se adapta a su huésped.

La Facción secuestra a Philip y a otros historiadores, obligando a MacLaren y al equipo a extraer la información sobre su localización de Hall, gravemente herido.

Trevor sufre un trastorno cerebral grave y deja que lo sobrescriban, pero el equipo se apresura a crear una cura experimental.

MacLaren pide ayuda a Yates cuando un Viajero con una misión crucial para la supervivencia de la humanidad, toma el cuerpo de un asesino en serie recién capturado.

Las detonaciones nucleares de la Facción destruyen todos los archivos de los Viajeros, excepto aquel en el que un herido David está atrapado.

Aún conmocionados por las pérdidas y con un nuevo protocolo general, los Viajeros se enfrentan a un futuro desolador, por lo que el éxito de la misión parece imposible.