Jamestown a Plymouth, los primeros pobladores luchan por la supervivencia. El tabaco siembra las semillas del desarrollo en el sur, mientras que el norte se convierte en centro neurálgico del comercio. Ha nacido el espíritu americano. Los impuestos, las tensiones y la resistencia desatan una guerra donde los rebeldes se sublevan contra sus patrones coloniales.

Las colonias declaran su independencia y asumen el poder del Imperio Británico. A punto de ser derrotado, el ejército de Washington da la vuelta a la situación gracias a sus novedosas armas y tácticas de batalla. Nace una nueva nación forjada en la revolución.

Los pioneros inician su camino hacia la conquista de las tierras situadas al oeste de las montañas. Se encuentran, sin embargo, con que el territorio ya está ocupado. Las caravanas se enfrentan a los peligros y las penurias del camino que conduce a la abundancia sin precedentes de las colinas doradas de California. Y a lo largo del Misisipí, el barco de vapor marca el comienzo de una nueva era.

El comercio y la industria florecen a lo largo de una nueva nación, hoy día una de las más ricas del mundo. El canal del Erie entraña grandes peligros y mayores recompensas. En el sur el rey es el algodón, pero la esclavitud produce cada vez más división. La violencia se desata en todos los territorios y los abolicionistas luchan por la libertad. La elección de Lincoln es un presagio de guerra.

La guerra civil causa estragos. El fusil Minié es el gran arma del campo de batalla. El poderoso ejército confederado es inferior al de la Unión desde el punto de vista tecnológico; el ferrocarril, las líneas de abastecimiento y el telegrama se convierten en las nuevas armas de una guerra moderna. Con la marcha de Sherman, el Sur es definitivamente aplastado.

El ferrocarril transcontinental une al país y transforma la región central. La civilización indígena entra en declive mientras los granjeros pueblan el continente. El ganado reemplaza al búfalo salvaje como el rey de las llanuras; el cowboy se convierte en el nuevo símbolo americano.

Los estadounidenses conquistan una nueva frontera, la ciudad moderna, con el imperio de acero de Carnegie como su columna vertebral. Los rascacielos y la Estatua de la Libertad son símbolos del sueño americano para millones de inmigrantes. La vida urbana introduce una nueva clase de males sociales, enmarcada en impresionantes horizontes y ambiciosas innovaciones.

Estados Unidos encuentra petróleo y comienza la época del boom. Henry Ford lleva el automóvil al gran público; el país se echa a la carretera. Los grandes proyectos de ingeniería modernizan el oeste. Aunque su intención era la de acabar con el vicio, la ley seca provoca el aumento del crimen organizado en ciudades florecientes.

El boom se convierte en colapso cuando el crac bursátil marca el inicio de la Gran Depresión. Las tormentas de polvo sumen al medio oeste en la oscuridad. El New Deal de Roosevelt señala la recuperación; miles de personas encuentran empleo en proyectos como la presa Hoover o el monte Rushmore. La esperanza en el futuro de los norteamericanos choca con el conflicto mundial que amenaza Europa.

El ataque a Pearl Harbor lleva a Estados Unidos a la guerra. El trabajo para la causa revitaliza la economía del país. La capacidad productora e innovadora americana fortalece a los aliados en Europa y el Pacífico. La última obra tecnológica pone punto y final a la guerra; una nueva superpotencia mundial entra en escena.

Estados Unidos se convierte en una nueva superpotencia mundial; la tecnología impulsa el boom de la economía y la población. Pioneros americanos conquistan nuevas fronteras —del avión a la nave espacial— y se enfrentan a una nueva amenaza: el comunismo.

La Guerra Fría constituye el primer test para la nueva superpotencia. El accidente del Challenger y el 11-S constituyen un desafío para la nación. De la televisión a la tarjeta de crédito y al ordenador personal, la tecnología conduce a América al siglo XXI.