Olivia se deja arrastrar por una pasión arrolladora y lo deja todo para mudarse a Estambul junto a Yaman, un atractivo experto en arte que oculta sus verdaderas intenciones.

Olivia juega con los límites para constatar que el hilo invisible que la ata a Yaman es cada vez más fuerte. Ni siquiera la visita de su preocupada hermana pueden separarla de él.

El recuerdo de su viaje por Turquía junto a Yaman comienza a desatar las primeras sombras en el idílico relato que Olivia defiende ante la policía turca. Tras el viaje, Olivia comienza a sospechar del negocio de Yaman y se produce un cisma entre la pareja. Olivia se pregunta si las diferencias entre ellos son irreconciliables y si tomó la decisión correcta al dejar su vida en España. Pero la oportuna mediación de Lupe le hace participar de manera más activa en el negocio de Yaman para despejar sus dudas. Es así como Olivia lo acompaña a una importante cena con un empresario ruso. El encuentro, que prometía ser la llave de su reconciliación, se convierte en una pesadilla para la mujer. Olivia es empujada a cruzar los límites y ya no hay marcha atrás.

Yaman promete empezar una nueva vida junto a Olivia lejos de sus turbios negocios. Una promesa incapaz de cumplir y que es solo una mínima muestra de todas sus mentiras.

El silencio de Olivia la conduce a prisión preventiva donde conoce a Tuba, la esposa de Yaman. Una relación que le hace recordar su descenso a los infiernos, el apoyo incondicional de Rosario y el descubrimiento de Ariane d’Ursach, una anciana condesa, historia viva de Estambul, con la que reflexiona sobre los límites de la pasión y el amor. El dolor de verse reflejada en Tuba y la sororidad entre ambas, hace que Olivia sea consciente de su caída junto a Yamam y quiera retomar su interrogatorio. Pero los términos han cambiado: si quiere protección y libertad, debe ganarse de nuevo la confianza de Yamam y de su poderoso socio Emir, y darle a la policía toda la información posible.