Carlos es un chico de aparente “éxito” social que juega al fútbol en las categorías inferiores del Rayo Vallecano. Todo parece ir bien en su vida hasta que un fallo, en un momento crucial de una final, destapa la caja de los truenos y pone de manifiesto que las expectativas familiares suponen una presión excesiva para Carlos, y que, en el instituto, algunos esperaban su debilidad para vomitar toda su envidia sobre él. Carlos empieza a aislarse y a sufrir acoso, cada vez más insoportable, especialmente por parte de su antiguo amigo Aarón.

Dani, el hermano de Carlos, no encuentra su espacio dentro de una familia en la que todo gira en torno a su hermano y el fútbol. Dani, confundido y sintiéndose invisible, comienza una espiral destructiva en la que coquetea con el alcohol y las drogas y que le lleva a participar como colaborador necesario en algún caso de acoso.

Irene es una chica aparentemente feliz, que juega al fútbol a nivel semiprofesional, en el Atlético de Madrid. Sin embargo, una oferta del equipo de sus sueños, el Barcelona, que ella parece no querer aceptar, hace aflorar un asunto no resuelto: el abandono de su padre cuando era niña. Veremos, a través de la relación con su psicóloga, que Irene ha desarrollado con su madre una relación que tiene a ambas atrapadas, protegiéndose en exceso la una a la otra.

Aarón es el líder acosador. Caprichoso, consentido, egocéntrico y carente de empatía, su intolerancia a la frustración y su actitud de superioridad provoca que los demás le rechacen o le teman. En casa campa a sus anchas, sin nadie que le ponga límites. El fallo de Carlos supone para Aarón una oportunidad que no va a dejar escapar. Aarón comienza una campaña de acoso y derribo contra su compañero, convirtiéndose en su peor pesadilla.