Cuando Judy se monta en el tren que va de Bunny Burrow a Zootrópolis para empezar su vida como la primera conejita policía de la gran ciudad, Molly, la hija pequeña de Stu y Bonnie, se sube al tren y obliga a este dúo tan sensato a salir de su zona de confort y a emprender una misión de rescate repleta de acción.

Fru Fru, recién comprometida, empieza a organizar su boda con entusiasmo hasta que aparece su prima Tru Tru para robarle el protagonismo y asumir el papel de dama de honor. Ambas pelean por ser el centro de atención hasta que un incidente con una rosquilla gigante les hace ver que, para bien o para mal, nadie te conoce mejor que tu familia.

Tras ser atrapado y detenido en una rosquilla gigante —por cortesía de la agente Judy Hopps— la inteligente comadreja criminal Duke reflexiona en una canción sobre su vida y sobre dónde se equivocó. En un musical muy bien organizado en su cabeza, Duke piensa en cómo pasar de ser un ladrón de poca monta a un ladrón de éxito.

Una conmovedora historia sobre la poderosa musaraña ártica conocida como don Bruto Mascarpone, que da un revelador discurso como padre de la novia en la boda de su hija Fru Fru. Transporta a los invitados a sus días cuando era Mr. Small, un nuevo inmigrante de Zootrópolis, y comparte con todos lo que ha aprendido sobre la importancia de los amigos, la familia y la comunidad.

Clawhauser, el telefonista del Departamento de Policía de Zootrópolis, convence a su superior, el Jefe Bogo, para hacer una audición para “So You Think You Can Prance”. Hay mucho en juego ya que el gran premio es la oportunidad de hacer un sueño realidad: bailar en el escenario con la megaestrella del pop Gazelle.

La supercamarera Sam intenta por todos los medios terminar su turno en el restaurante para cantar con Gazelle en su concierto, una oportunidad absolutamente única. Pero Flash y Priscilla irrumpen en el último minuto con la esperanza de disfrutar de la mejor cena del mundo.