Raizo es un samurái que ha tenido que cometer un asesinato y descubre que todo era un ardid. Entonces, conocerá a Yuen, quien le hará un ofrecimiento.

Yuen le hace un ofrecimiento a Raizo, aunque el samurái no parece muy dispuesto a aceptarlo. Pero entonces se percatará de que la vida no es todo blanco o negro.

Raizo no tiene un sitio donde vivir, pero parece que Soji tiene un hueco en su casa. Aunque a Soji no le hace ninguna gracia tener allí a un samurái como Raizo.

Como Raizo está sin blanca, Soji intentará ayudarlo a encontrar un trabajo. Pero ¿qué podrá hacer un samurái con esa cara que da tanto miedo?

Conoceremos un poco más acerca del pasado de Nio debido a que regresa a Nagasaki una persona muy importante y provoca un nuevo encargo de venganza.

Raizo parece estar llamando demasiado la atención entre la gente del barrio chino. Pero la pregunta es por qué razón lo buscan.

El asunto del opio se está extendiendo demasiado, hasta tal punto que hay unas monjas en un templo utilizándolo para fines nada agradables.

El nuevo encargo que reciben nuestros protagonistas pondrá a prueba su determinación y los aspectos éticos del negocio al que se dedican.

Debido a la aparición de un tercer grupo, Raizo y los demás tendrán que salvarle la vida a Liu. Y por ello conocerán por qué los chinos buscaban el opio.

Tras la muerte de Liu, Soji y todos los demás corren en peligro debido a una amenaza misteriosa. Mientras tanto, Yuen empieza a tener muchas dudas.

Soji tiene muchas sospechas sobre la relación de Yuen y Raizo, así que no dudará en preguntarle a su jefe toda la verdad.

Los revengers van en busca del opio para acabar con el malvado plan de Shishido, ayudado por Sada.