Cuando Drew Bledsoe sufre una lesión devastadora, Bill Belichick y Robert Kraft ponen las esperanzas de la franquicia en Tom Brady, elegido en sexta ronda en el draft.

Belichick sorprende al mundo apostando por Brady. Un gélido partido contra los Oakland Raiders deja claro lo que son capaces de hacer los Patriots.

Tras el once de septiembre, los Patriots aparecen en el partido de fútbol más importante y se enfrentan a una gran presión que podría unirlos o separarlos.

Tras tres victorias en la Super Bowl, los Patriots son acusados de grabar las señales de su oponente y las cosas se complican.

Brady sufre una grave lesión y lucha por seguir en el equipo. Se ponen a prueba el liderazgo y la lealtad a Belichick.

En un momento complicado, los Patriots seleccionan a Rob Gronkowski y a Aaron Hernandez. Pero llega la tragedia y comienza una investigación por asesinato.

La envidia y los celos echan raíces y sitúan a Brady y a los Patriots en el centro de un espectáculo mediático de dos años conocido como Deflategate.

Con Jimmy Garoppolo pisándole los talones y un entrenador que quizá no lo apoye, Brady protagoniza una de las mayores remontadas de la historia del deporte.

Los ánimos se caldean cuando Belichick toma una dudosa decisión en el escenario más importante.

Tras una carrera de décadas, la dinastía se desmorona.